
Sileno era un compañero del dios del vino Dioniso en la mitología griega. Era mucho mayor que los sátiros, seguidores del dios, y tenía las características de un caballo más que de una cabra.
Al grupo de seguidores de Dioniso también se llamaba Sileni (plural), siendo su característica más notable que estaban siempre borrachos.
Eventualmente, la palabra fue usada como nombre del maestro y compañero cercano del dios. Sileno siempre estaba borracho y se le podía encontrar apoyado en sátiros o en un burro para sostenerse. Mientras estaba borracho, se creía que había adquirido un conocimiento arcano y que era capaz de predecir el futuro. Según un mito, el rey Midas de Frigia logró atrapar a Sileno cuando estaba borracho en una fuente para aprender sus secretos.
Una versión diferente dice que Sileno se perdió en la región de Frigia, y fue finalmente encontrado por los campesinos que lo llevaron al rey. Midas le dio la bienvenida y lo trató con amabilidad, y Dioniso, queriendo devolverle la amabilidad que mostró hacia Sileno, le dijo que le daría una recompensa; Midas le pidió la habilidad de convertir en oro todo lo que tocaba.