La Quimera era un monstruo híbrido en la mitología griega. Quimera es la hija de los dioses monstruosos griegos Tifón y Equidna, lo que significa que entre sus hermanos se encuentran otros monstruos griegos conocidos como La Esfinge, Cerbero y Ladón.
Tenía la cabeza y el cuerpo de un león, así como la cabeza de una cabra que estaba atada a su espalda, y una cola que terminaba en la cabeza de una serpiente. Residía en Licia, un lugar de Asia Menor, donde arrasaba las tierras con su aliento de fuego.
Sólo ver a la Quimera era un mal presagio. El monstruo griego apareció regularmente ante desastres como naufragios, tormentas violentas y erupciones volcánicas.
Fue asesinada por Belerofonte, asistido por Pegaso, cuando el primero fue pedido por el rey Iobates de Licia. Belerofonte cabalgó sobre la espalda de Pegaso, que podía volar, y disparó flechas a la Quimera desde arriba.
Más allá de la mitología, el término “quimera” se utiliza en la investigación científica para explicar un animal que contiene más de un conjunto de códigos genéticos. Esto es un claro guiño al monstruo griego, en el sentido de que el propio monstruo es una combinación de tres animales “normales” diferentes.
El uso de la palabra “quimera” como forma de describir a un “monstruo” híbrido parece ser el elemento más duradero de la mitología griega. En el uso medieval posterior, la palabra fue usada para describir cualquier combinación de monstruos híbridos, y tenía una profunda conexión con lo malvado y lo demoníaco. Hay muchos monstruos híbridos, incluso si sólo miras a los monstruos griegos, así que es algo interesante que la Quimera fuera la que terminara definiendo un término que todavía se usa en múltiples propósitos hoy en día.
También se emplea este término para describir algo como una ilusión o fantasía. Algo que no es real y que es fruto de la imaginación.