
Porfirión fue uno de los Gigantes de la mitología griega. Un rey de los gigantes, hijo de los Titanes Urano y Gea que surgieron cuando Urano fue castrado por su hijo Crono y la sangre cayó sobre la tierra. Era considerado uno de los más poderosos Gigantes de todos los tiempos.
Aunque inicialmente Hera le había prometido la mano de su hija Hebe si luchaba contra Dioniso, Porfirión fue uno de los colosales gigantes que se rebelaron contra los dioses, llegando incluso a lanzarles la isla de Delos.
Porfirión contra Zeus y Heracles
Durante la Gigantomaquia, la batalla que tuvo lugar entre los Gigantes y los dioses olímpicos, Porfirión se enfrentó a Heracles y Hera. Durante su lucha, Zeus hechizó a Porfirión, haciéndole enamorarse de Hera, a quien intentó violar. En ese momento, Zeus lanzó un rayo contra él, mientras que Heracles dio el golpe final con una flecha.
Porfirión era el gigante encargado de acabar con Zeus
Heracles fue quien se enfrentó a este poderoso gigante, aunque no estaba solo. Heracles fue asistido en la lucha por su padre Zeus para poder asegurarse la victoria.
Mientras los oponentes se enfrentaban entre ellos, Hera fue utilizada como una distracción (Zeus hechizó a Porfirión para que se enamorara de ella). Así mientras Porfirión presa de la lujuria y el deseo perseguía a la diosa, Heracles aprovecharía esta distracción para soltar sus flechas contra el gigante, mientras Zeus lanzaba sus rayos, matando a Porfirión allí donde el gigante se encontraba forzando a la diosa. Algunos dicen que fue tal la violencia con la que reaccionó al intentar forzar a la diosa, que llegó a desgarrar su túnica.
Según Nono de Panópolis, fue su madre Gea, y no Hera, la que le prometió la mano de Hebe si luchaba contra los dioses, ya que la diosa de la Tierra animó a sus terribles hijos para que destronaran a Zeus.