
La camisa de Neso, o túnica de Neso, es en esencia una prenda de vestir que apareció en las historias de la mitología griega. Era más que una simple camisa, pues en última instancia era el medio por el que el héroe griego Heracles fue asesinado.
El centauro Neso
La camisa de Neso originalmente pertenecía al centauro Neso.
Neso había sobrevivido a la Centauromaquia, la batalla librada en la boda de Pirítoo e Hipodamía, y potencialmente también estaba presente cuando Heracles mató a muchos centauros en el Monte Fóloe.
Posteriormente, Neso se dirigió a las orillas del río Eveno en Etolia, con lo cual el centauro se convirtió en el barquero que transportaba a la gente a través del río a sus espaldas.
Deyanira obtiene la camisa de Neso
El barquero Neso fue encontrado por Heracles y Deyanira, y Deyanira fue colocada sobre el lomo del centauro, para que pudiera tener una travesía tranquila del río Eveno.
La belleza de Deyanira era tal que Neso decidió que quería secuestrar a la esposa de Heracles, y cuando sobre la lejana orilla del río Eveno, Neso comenzó a huir con Deyanira, Deyanira gritó alertando a Heracles. Y aunque el río era ancho, Neso todavía estaba al alcance de las flechas de Heracles, y en cuestión de segundos una flecha se incrustó en el cuerpo del centauro.
Mientras Neso moría, tramaba su venganza contra Heracles, y Neso le habló a Deyanira convenciéndola de que su camisa empapada de sangre actuaría como una poderosa señal de amor, si Deyanira alguna vez sintiera que el amor de Heracles se estaba desvaneciendo.
Por supuesto que la camisa empapada de sangre de Neso no era una poción de amor, sino una túnica envenenada, pues la sangre sobre la camisa estaba mezclada con la sangre venenosa de la Hidra de Lerna, pues las flechas de Heracles estaban cubiertas con la sangre del monstruo que había matado muchos años antes.
La engañada Deyanira le creería al centauro moribundo, y tomando la camisa de Neso, se la escondió a su marido.
La camisa de Neso y la muerte de Heracles
Pasaron varios años, y a Deyanira le pareció que el amor de Heracles por ella había disminuido, y temía que Íole la reemplazara en los afectos del héroe.
Así, cuando Heracles regresaba de Ecalia (ciudad de Tesalia) con Íole, Deyanira hizo que Licas le entregara el manto a su marido.
Pasaron años desde la muerte de Neso, pero la sangre venenosa que se había filtrado en la tela de la camisa de Neso no había disminuido en toxicidad.
Así, cuando Heracles se puso la camisa de Neso, el veneno de la Hidra se transfirió a su piel, matándolo lentamente. Cuando el dolor se apoderó de él, Heracles construyó su propio funeral puro, y se posó sobre él con dolor, hasta que llegó Filoctetes (también conocido como Yolao o Poeas) para encenderlo.